El suministro de energía eléctrica requerido por el proyecto minero de la empresa Aratirí encarece la tarifa y perjudica el abastecimiento eléctrico imponiéndole cargas a los hogares, a las actividades industriales, comerciales y turísticas, así como a las inversiones que requieran del insumo eléctrico. Las externalidades negativas del proyecto fortalecen a las fuerzas inflacionarias que con sus efectos perversos, comprometen el desarrollo y crecimiento económicos del país.
Estas son conclusiones de un estudio del economista y contador Fernando Etchevers, publicado por ESEP (el socialismo es posible), que presentamos a continuación:
Aratirí exportará 1.600 GWh y Uruguay consume 7.600 GWh
Nuestro país carece de fuentes autónomas suficientes para generar la energía eléctrica que consume, depende del régimen de lluvias y de los precios de los hidrocarburos. Minera Aratirí SA presentó un proyecto minero para exportar un concentrado de hierro – que hace uso intensivo de la electricidad – que agrega súbitamente más de 20% al consumo anual. Este proyecto, como está planteado, activa un canal inflacionario vigoroso en años secos o con precios elevados de los energéticos, que no compensan los beneficios anuales estimados por la minera.
El presente análisis se centra exclusivamente en la dimensión eléctrica del Proyecto Valentines y cómo ésta impacta en la economía nacional. Los datos del proyecto se tomaron de la empresa Minera Aratirí SA.
■ El Proyecto Valentines de Minera Aratirí SA
En este año se instaló en la agenda pública nacional el Proyecto Valentines presentado por Minera Aratirí SA(1), cuyo objetivo es la explotación de mineral de hierro y la exportación de concentrado de hierro a través de una terminal portuaria de dedicación exclusiva. La empresa inició sus actividades en el país en el año 2007.
Proyecta una inversión de U$S 2.800(2) millones, exportaciones de U$S 1.600(3) millones y aportará al país U$S 400 millones por año de acuerdo al estudio de impacto económico realizado por el Ec. Gabriel Odone de CPA Ferrere(4). En la etapa de operación empleará 1.450 personas. El proyecto se desarrollará en tres áreas(5): distrito minero, mineroducto y terminal portuaria. Iniciará su operación de explotación en el año 2014 la que finalizará en el año 2033.
La roca extraída tiene un contenido de hierro de 28%. Su exportación requerirá que aumente la concentración de hierro a más del doble, lo que se logra a través de dos procesos sucesivos de trituración y magnetización. Además, el proyecto define una logística para el traslado del concentrado a la costa y embarque, basada en energía eléctrica. Para ello demanda 200 MW de potencia(6) y 1.600 GWh/año de energía.
En definitiva, Minera Aratirí SA exportará concentrado de hierro y energía eléctrica.
Esta dimensión “oculta” del proyecto requiere que se analice cómo impacta en las cuentas fiscales y su correlato en la inflación y cómo ésta se trasmite a las exportaciones, al turismo, al empleo y a la distribución del ingreso. Alternativamente, se establecen algunos prerrequisitos para la explotación sustentable de la mega-minería de hierro acorde a las posibilidades energéticas del Uruguay, sin perjuicio de las demás dimensiones, como la minera propiamente dicha, y la medioambiental.
■ Las capacidades nacionales de disposición de energía eléctrica y la demanda eléctrica de Minera Aratirí SA
La demanda del Proyecto Valentines de 200 MW de potencia y 1.600 GWh de energía, contrasta con el consumo de Uruguay que se situó en el año 2011 en 1.700 MW y 7.600 GWh de potencia y energía respectivamente.
El Cuadro 1 compara los requerimientos anuales exclusivos de Minera Aratirí SA y los que tuvo el país en el año 2010.
La penúltima columna muestra la relación de precios de la electricidad entre las categorías tarifarias de la primera columna. Por ejemplo, los hogares pagan más del triple que la minera de acuerdo al régimen tarifario vigente.
El Cuadro 2 expone cómo se abasteció la demanda desde el año 2000 hasta junio de 2011 según fuente de generación y la evolución del precio del petróleo. Muestra la doble vulnerabilidad del país para atender la demanda proveniente de la disponibilidad de las fuentes hidráulicas y del precio del petróleo.
Fuente: DNE, abastecimiento de la demanda y Bloomberg precio del Petróleo West Texas.
El 2001 fue el mejor año de la década puesto que la demanda se abasteció con 99% de hidráulico y 1% importado equivalente al 10% de lo que se exportó. El agua abundaba en la región, la fuente de generación era hidráulica, entonces los precios de importación y exportación resultantes eran muy bajos. En los años secos, pasa exactamente lo contrario, es decir, la energía de la región es básicamente de origen térmico, y resulta muy cara, a lo que se puede sumar el efecto precio del petróleo como aconteció en los años 2008, 2009 y lo que va del 2011. Este año comenzó “seco” y con un precio promedio del barril de petróleo a junio de U$S 98 en lugar de los U$S 85 previstos para el 2011. Las condiciones pluviométricas cambiaron favorablemente para el segundo semestre. En consecuencia los costos de generación se estiman en U$S 850(7) millones, U$S 140 millones por encima del presupuesto inicial.
Por otra parte, el país debe atender la demanda derivada del crecimiento económico y del equipamiento eléctrico de los hogares, como muestra el Cuadro 3. Del mismo surge que la demanda de la minera equivale a la atención de cinco años (2011-2014) de aumento de la demanda interna.
Del lado de la oferta de electricidad, el parque generador nacional
se compone por fuentes de:
La Administración Nacional del Mercado Eléctrico informa cuál es el parque de generación más probable en el corto y mediano plazo. El crecimiento de la oferta provendría de instalar 340 MW eólicos, ampliación de biomasa de 200(8) MW a lo que se agrega la segunda central térmica de Puntas del Tigre de 400(9) MW. A lo anterior se agregaría una planta regasificadora de gas natural licuado que abarataría la generación térmica de las centrales de Puntas del Tigre y la Tablada, pero con un costo de generación muy superior a la tarifa que pagaría la minera. Por su parte, la regasificadora requiere una cadena logística y de abastecimiento regular, de funcionamiento continuo que obligará despachos de generación adecuados a esos requisitos, aunque no se justifiquen técnicamente.
La oferta eléctrica se complementa con la interconexión con los sistemas eléctricos regionales que habilitan intercambios que generalmente resuelven el déficit de la generación autónoma. Pronto, la interconexión con Brasil pasará de 70 MW a 570 MW.
Los precios de la electricidad importada son extremadamente variables, van desde intercambios compensados por exportaciones similares hasta U$S 400/MW como cobró Brasil recientemente. Influye en la determinación de los precios, que los países priorizan la satisfacción de sus necesidades internas y la alta correlación de las cuencas hídricas de la región, es decir, que cuando el agua escasea en nuestro territorio, lo mismo sucede en la región, por lo cual los precios de la energía importada aumentan considerablemente. Paraguay podría aportar una potencia de 50 MW siempre y cuando Argentina autorice el pasaje a través de sus líneas de trasmisión. Tanto Argentina como Brasil han definido a Paraguay, en clave geopolítica, como proveedor de energía eléctrica para sus respectivas economías. En definitiva, la interconexión eléctrica regional si bien descomprime el déficit recurrente de las fuentes propias para satisfacer la demanda interna, está sujeta a factores climáticos, económicos y políticos, que en momentos críticos no resulta una vía de abastecimiento barato y de fácil acceso.
El crecimiento de la oferta para los próximos años del parque de generación autóctono no resuelve nuestra dependencia externa regional y extrarregional. Por otra parte, el contexto internacional presenta un panorama de precios crecientes de los energéticos, agudizado por la moratoria nuclear que han establecido varios países luego del accidente de Fukushima, Japón, que presionará la demanda sobre energéticos como el gas natural licuado o el equipamiento para generar energía con fuentes renovables.
El proyecto de Minera Aratirí SA propone una infraestructura eléctrica para movilizar y exportar el concentrado de hierro – mineroducto, acueducto, instalaciones costeras y terminal portuaria – que constituyen un consumo de energía eléctrica insustentable para nuestro país, cómo se desprende la integración racional de los cuadros 1 a 4.
■ La dimensión energética del proyecto
Pese a ser la dimensión más ignorada del proyecto minero de Minera Aratirí SA, es de crucial importancia. Es el componente de mayor valor agregado del concentrado de hierro a exportar, como consecuencia de los procesos de “beneficiamiento”, transporte y embarque del mineral extraído.
La atención de la demanda súbita que agrega la minera de más del 20% de energía de la que consume todo el país, será cubierta con las fuentes más caras de generación y nos tornará más dependientes del exterior, de modo que incrementa la vulnerabilidad del país respecto del precio del petróleo y de las sequías. Esta demanda como se desprende del análisis del Cuadro 3, se suma a las necesidades de atención de la demanda interna derivada de la actividad económica y de los hogares por mejora del bienestar.
Así mismo la tarifa que le corresponde al proyecto minero, no cubre los costos variables de la energía térmica o importada cuyo precio aumenta en los años secos como consecuencia de la correlación de las cuencas hídricas de la región. Dicha correlación implica que cuanto más energía se importa mayor precio se paga y viceversa. La ADME(10) lo refleja en sus gráficas de “Precio Spot sancionado” y “Energía comercializada en el Mercado Spot”.
La operativa planteada por el proyecto de Minera Aratirí SA, obliga al país a adelantar sus inversiones en generación eléctrica, provocando un aumento de los costos inherentes a esas fuentes. Paradójicamente, como ya se dijo, la empresa no cubre el costo de su demanda, pese a ser la más cara de abastecer de todo el sistema, lo que provocará per sé un aumento de las demás tarifas. En definitiva, la sociedad subsidia la electricidad que consume la minera. Sin embargo la minera paga U$S 83 /MWh y sin IVA, mientras que los hogares deben pagar U$S 273 /MWh IVA incluido. Adicionalmente, cuando exporta al concentrado de hierro se le devuelve el 22% de IVA que grava a la electricidad.
■ Energía eléctrica e inflación
Por lo dicho, la atención de la demanda de la minera aumenta el costo promedio del kWh para todas las categorías tarifarias, lo cual apareja necesariamente un incremento del precio relativo de la electricidad e incrementa notoriamente las vulnerabilidades del país en relación al clima y a los precios internacionales de los energéticos, contribuyendo a robustecer un canal inflacionario sobre el conjunto de la economía con sus efectos devastadores sobre la distribución del ingreso, el cálculo económico requeridos por la actividad empresarial e inversores, afectando negativamente al empleo. Estos efectos negativos, borran largamente los beneficios de los U$S 400 millones de dólares anuales que dejaría el proyecto. El Cuadro 2, sustenta estas conclusiones. En un año como el 2008, donde concurre la escasa hidraulicidad con precios altos, el abastecimiento de la demanda de Minera Aratirí SA se haría a precios hasta cinco veces superiores a su tarifa, y descontados todos sus aportes, podría dejar un déficit de las cuentas públicas de más del 1% del PIB. Incluso, la internalización de la demanda de Minera Aratirí SA desde el año 2008 hasta el presente, mostraría un impacto acumulativo sobre la inflación que la ubicaría inevitablemente en dos dígitos, retrocederíamos al país de los precios indexados, afectando la distribución del ingreso, las inversiones y el empleo.
En definitiva, este proyecto encarece la tarifa eléctrica y perjudica el abastecimiento eléctrico imponiéndole cargas: 1) a los hogares; 2) a las actividades empresariales industriales, comerciales, y turísticas; 3) a las inversiones que requieran del insumo eléctrico. Las externalidades negativas del proyecto de Minera Aratirí SA fortalecen a las fuerzas inflacionarias que con sus efectos perversos, comprometen el desarrollo y crecimiento económicos.
La mayor de las paradojas del proyecto de Minera Aratirí SA es que si cae el precio internacional del hierro, combinado con los elevados precios marginales de la electricidad, daría como resultado que el componente de mayor valor del concentrado de hierro exportado sería la electricidad valorada a su precio marginal inducido por la minera. En ese escenario, muy probable como lo muestra el Cuadro 2, Uruguay exportaría más electricidad que hierro a pesar de sus dificultades de abastecimiento de energía eléctrica, dados los endebles fundamentos económicos del proyecto. Su contribución neta a la economía nacional a lo largo de los años es probablemente empobrecedora.
El proyecto, como está formulado, tiene la capacidad de generar ganancias seguras y socializar las pérdidas derivadas de períodos secos o con precios elevados del petróleo.
La propuesta original del Proyecto Valentines contenía una planta térmica de generación de electricidad a carbón a orillas de la Laguna Negra, de modo que los barcos llevaban el concentrado de hierro a destino y regresaban con las bodegas llenas de carbón, un negocio redondo. Oportunamente, la DINAMA rechazó de plano la construcción de la central a carbón en el baricentro turístico nacional. Se le transfirió a UTE la responsabilidad de satisfacer la demanda de la minera. Por su parte UTE tiene la obligación de proveer la demanda de la forma más barata posible, aplicando las mejores prácticas ambientales posibles y debe ejecutar la política energética conforme a las pautas que fija el Gobierno.
Así entendidos los roles de cada quien, le corresponde al Gobierno resolver los problemas que derivarían de atender una demanda abrupta de más del 20% de la energía eléctrica que consumió el país en el último año.
Los efectos macroeconómicos del encarecimiento recurrente de la energía eléctrica – sin el proyecto de Minera Aratirí SA – ha conducido al Gobierno a tomar medidas específicas para mitigar los efectos producidos por los factores climáticos adversos y por el aumento del precio del petróleo. Por un lado, se creó el Fondo de Estabilización Energética, cuyo objetivo es amortiguar el efecto de las sequías(11) sobre el nivel tarifario.
Por otra parte, recientemente el Poder Ejecutivo le propuso al Parlamento que se excluya la deuda de UTE en el cómputo de la deuda pública(12), a fin de evitar que distorsione el cumplimiento de los topes de endeudamiento fijados por el Parlamento Nacional. La medida propuesta no evita que la empresa eléctrica estatal – UTE – sufra pérdidas que luego se incorporan al resultado global del sector público. Dada la entidad de la demanda de electricidad de la minera – Cuadro 2 – es inevitable que incida negativamente en las cuentas fiscales.
Por su parte, no es prudente modificar la tarifa eléctrica cada vez que varíe su costo como consecuencia del efecto “sequía” o “precio del petróleo”, por las distorsiones que trasmitiría a la actividad económica.
En conclusión, la dimensión energética del proyecto, genera efectos inflacionarios que se trasmiten al resto de la economía, destruyendo eventualmente puestos de trabajos existentes o potenciales, desestabiliza las bases del cálculo económico que requieren las decisiones de inversión, afecta severamente la distribución del ingreso, etc. Los perjuicios que trae para la nación la minera no los compensaría ni remotamente.
■ Volatilidad del proyecto Minera Aratirí SA
La volatilidad del proyecto, definida por la capacidad de la minera de cerrar unilateralmente sus operaciones de explotación en Uruguay, deriva de que la inversión tiene un período de repago relativamente corto, que la hace adaptativa a los factores coyunturales, de los cuales pasa a depender. En efecto, sus promotores definen el Proyecto Valentines muy gráficamente, como una “ventana de oportunidades”.
Precisamente, por su función las ventanas se abren y se cierran, de acuerdo al interés de quien la usa.
La volatilidad del proyecto queda probada porque su localización en Uruguay no tiene fundamentos económicos sólidos, dado que el hierro abunda en todo el planeta, incluso con niveles más altos de concentración que lo hacen más rentable en otras latitudes.
Responde a la coyuntura de los precios actuales del hierro que podrían mantenerse por 6 u 8 años más, y por otra parte, nuestro país además del esquema general de beneficios fiscales de estímulo a la inversión, le ofrece una infraestructura para el transporte del hierro en base a electricidad a un costo relativamente bajo. Sin embargo, los costos de las externalidades negativas que trasmitirá a la economía, deberán ser absorbido por la nación.
El estudio de impacto económico del proyecto, según Minera Aratirí SA, implica que el período de repago de la inversión será menor a tres años. Esta característica, le permite cerrar la “ventana de oportunidades” de Uruguay sin sufrir pérdidas importantes. Vale decir, podrá cerrar unilateralmente las operaciones mineras cuando le convenga, por ejemplo, a consecuencia de cambios en la coyuntura internacional ya sea porque: a) se abren explotaciones en África o Asia más cercanas a los mercados de destino, hoy no accesibles por falta de infraestructuras necesarias, inestabilidad política, etc.; b) cambio en el precio del hierro; c) cambio en el precio de los energéticos empleados en su extracción y transporte; d) una combinación de los motivos anteriores que determinen la explotación de minas con mayor concentración de hierro o en otras regiones.
El cierre de sus operaciones por decisión propia, dejaría afectaciones permanentes y sin “remediación” posible, según Minera Aratirí SA, como es el caso de las construcciones costeras y fundamentalmente las marítimas, con importantes secuelas en la costa de Rocha, en la zona aledaña a Punta del Diablo. Estas afectaciones, en cualquier caso, comprometen el extraordinario potencial de desarrollo turístico, que precisamente es la zona de todo el país que muestra mayor dinamismo en los últimos años.
También puede decidir un cierre temporal de sus operaciones en el país. ¿Qué amparo tienen los propietarios de los campos y los trabajadores si la minera traslada sus operaciones a otra mina localizada en otro país y abandona por un año, cinco o diez su explotación en Uruguay? ¿Está obligada a extraer en forma continua el mineral y con la intensidad anunciada? Minera Aratirí SA tiene una lógica de explotación mundial inherente a la dinámica de la actividad de las empresas mineras multinacionales, que a efectos de maximizar su ganancia mundial, abren o cierran sus operaciones mineras durante equis años, haciendo un uso adecuado a sus intereses de la “ventana de oportunidades” que argumenta en su favor la empresa minera.
■ Minera Aratirí SA y el Informe de Solicitud de Autorización Ambiental Previa, SAAP
El 23/05/11 la DINAMA rechaza el informe de la SAAP(13) por la falta de rigor científico y la superficialidad de la información presentada por Minera Aratirí SA, así como las carencias en las medidas de mitigación que propuso.
La empresa debe presentar el informe de impacto ambiental para obtener la Autorización Ambiental Previa, AAP. Dicho informe debe tener el rigor científico y adecuarse a los estándares vigentes a fin de no ser rechazado nuevamente. La empresa comenzó sus actividades en Uruguay en 2006, y pese a los casi 5 años ya transcurridos aún no logró concluir su elaboración. Su formulación demanda un período extenso de tiempo. Debe evaluar procesos naturales que se desarrollan en un año o más. Se trata de una “actividad crítica” del proyecto, dado que atrasa per sé su ejecución. En efecto, después que la empresa entregue la SAAP a la DINAMA, este organismo estima que su estudio le llevará 18 meses, a fin de asesorar al Poder Ejecutivo en relación a la AAP Es de importancia central la fijación de las condiciones iniciales de la explotación, vale decir, los derechos y obligaciones de todas las partes involucradas con un exhaustivo análisis multifactorial, ponderado, sensato, bien informado de todos los aspectos que abarca, alejado de estados de ánimos parciales, subsumidos en pesimismos o entusiasmos infundados.
Es insoslayable, en la consideración de cualquier inversión extranjera, tener presente la aciaga experiencia de la frustrada 2ª terminal de contenedores, en que el tratado de protección de inversiones con Bélgica impidió nuestro desarrollo logístico soberano. Incluso, concurrieron al país las más altas autoridades belgas en defensa de los intereses de la empresa concesionaria Katoen Natie de la única terminal de contenedores del Puerto de Montevideo(14). Debe saberse a ciencia cierta qué tratado ampara a la empresa minera, más cuando su actividad presionará sobre nuestras fuentes de abastecimiento de electricidad de disponibilidad aleatoria. Qué posibilidad tiene el país, sin exponerse a represalias, de incluir eventualmente en un programa de cortes programados a la minera, como ha sido necesario en el pasado. La información pública disponible ubica la casa matriz de la Minera Aratirí SA en la Isla Jersey, un paraíso fiscal vinculado al Reino Unido, donde se radican empresas que se caracterizan por su aversión a las cargas tributarias y su altísima sensibilidad a las tasas de ganancias.
■ Primarización de la matriz productiva
El proyecto robustece una matriz productiva primarizada, insiste en la exportación de más materia prima, demanda un insumo estratégico escaso, no aporta cadenas de valor que justifique los riesgos y costos que introduce a toda la economía.
■ La minería debe estar integrada a un proyecto de desarrollo nacional
La minería, del porte que sea, debe contribuir a posicionar al país de forma más competitiva en el comercio internacional y acercarlo a potenciales socios comerciales con una matriz productiva diversificada que permita incorporar tecnología y desarrollar y aplicar conocimientos.
Sin embargo, el proyecto de Minera Aratirí SA acentúa la reprimarización de la matriz exportadora y profundiza nuestra inserción internacional dependiente del desarrollo tecnológico del exterior. La maquinaria y equipos requeridos son muy específicos de la actividad minera, y totalmente importados.
La explotación de nuestros limitados yacimientos de hierro – que debieran considerarse como una reserva estratégica de la nación – debería enmarcarse dentro de una estrategia de desarrollo virtuosa que no acentúe la reprimarización de la matriz exportadora. Su explotación debe ser la piedra fundamental del desarrollo de una industria siderúrgica nacional – adoptando las medidas medioambientales adecuadas – capaz de generar cadenas de valor profundas y sustentables, que permitan formar y aplicar conocimiento y tecnología.
Es preciso fortalecer a la DINAMA y a la DINAMIGE a fin que reúnan las capacidades técnicas y humanas para establecer y controlar las medidas adecuadas de protección de los intereses intergeneracionales de la nación. Hoy, las carencias de recursos humanos y técnicos en ambos organismos hacen irrisorio que ejerzan eficazmente los controles y garanticen el cumplimiento de las políticas y medidas mineras y medioambientales dispuestas por la nación.
Muy diferente sería si la refinación del hierro se hiciera en el propio distrito minero, ya que las exigencias de energía eléctrica disminuirían sustancialmente, incluso podría haber procesos de cogeneración de electricidad, como acontece en las plantas de celulosa. Habría que resolver otros temas vinculados a la refinación del hierro, pero se discutirían en clave de desarrollo real y sustentable.
El país se debe un plan maestro minero que abarque varias décadas, de modo que no sea la minería una fuente de incertidumbre para la producción agropecuaria, la que por sus características económicas, requiere de un marco estable para invertir. Sin embargo, la minería, con sus peculiares derechos de exploración, prospección y explotación, introduce incertidumbre sobre el uso de la tierra en menoscabo de las inversiones en el agro.
Por ello, el trazado de un plan maestro minero debe localizar los territorios con potencial para mega explotaciones, definiendo sus características, dado que sus afectaciones trascienden ampliamente las superficies directamente explotadas, por el fuerte impacto ambiental que producen las explosiones, el polvo que contamina el manto vegetal, los cursos de agua y la capa freática de la comarca, junto con la lixiviación del material estéril, son algunos de los impactos intrínsecos de la actividad minera que además, están asociados a su tamaño.
Ec. Cr. Fernando Etchevers
Todo lo que sea beneficio para Uruguay lo apruebo ,pero como dijo ARTIGAS, NO VENDAS TU RICO PATRIMONIO AL BAJO PRECIO DE LA NECESIDAD!!